Contra las agresiones a sanitarios, tolerancia cero
Bajo el lema “Ante las agresiones a médicos, tolerancia cero” y el hashtag en redes sociales #stopagresiones el Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), que se puso en marcha hace cinco años, ha presentado los datos de violencia registrados en 2014 que ascienden a 344 casos frente a los 354 del año anterior, lo que supone una disminución del 2,8%.
El Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC ha registrado en 5 años, 2.058 agresiones a médicos. “Ante las agresiones a médicos, tolerancia cero”, lema de la campaña y #stopagresiones en Redes Sociales. La aprobación por el Senado de la reforma del Código Penal que contempla las agresiones a sanitarios como “delito de atentado”, un paso decisivo en la lucha contra esta lacra. La OMC continúa su labor para que las agresiones sean consideradas delito de atentado, tanto si se producen en el ámbito público como en el privado.
El curso de Prevención y Abordaje de las Agresiones puesto en marcha por la FFOMC, forma parte de las medidas de prevención. De los 344 casos de violencia en 2014, el 18% conllevaron lesiones. El 87% de las agresiones se producen en el sector público y el 13% en el privado, donde han aumentado respecto al año anterior. El 48% de las agresiones se producen en Atención Primaria y el 16% en hospitales. Aumenta el número de agresores familiares del paciente que ha pasado del 25% al 31%. El mayor porcentaje de agresores son pacientes programados, con cita previa, un 36 % que aumentan ligeramente (34%). En el 66% de los casos existen denuncias y en el 53% se celebró juicio. En 2014 se han analizado 71 sentencias, de las cuales, el 61% fueron calificadas delito y el 39% faltas.
Manifiesto contra las Agresiones a Sanitarios
Los sanitarios en general y el médico en particular es reconocido por la sociedad como el profesional mejor valorado. La atención médica, el acto médico, es una acción que requiere una enorme confianza del paciente y éste así lo entiende cuando llega a la consulta, a la sala de urgencias, a la cama del hospital o al quirófano. Por ello, cuando se produce una agresión a un sanitario, la sociedad lo vive como una afrenta directa.
Una agresión para ser definida como tal, debe ser sentida por el médico como una amenaza hacia su persona o incluso para las personas del entorno que le rodean, compañeros de trabajo o dependiendo de dónde ejerza, su familia y esto, independientemente del grado o la intensidad de la agresión. Los gestos, las palabras o el daño físico sólo son escalas de un mismo hecho.
Las consecuencias de una agresión no sólo son el daño momentáneo o inmediato que puede tener como conclusión hasta la muerte del facultativo, sino el miedo continuo ante un entorno hostil. El asesinato de la médico de familia en Moratalla (Murcia), hace unos años desencadenó que comenzáramos un movimiento profesional para sensibilizar a médicos, sanitarios y ciudadanos del problema que genera esta lacra.
Pueden encontrarse explicaciones, que no motivos, a estos fenómenos de violencia y por ello la OMC constituyó un grupo de estudio que aborda este tema para buscar soluciones, pero en ningún caso, una agresión tiene justificación. La ansiedad del paciente, su locura, la drogadicción, el desencuentro de pareceres pueden ser alguno de los argumentos que encontramos en los estudios retrospectivos que año a año desde esta Organización se investigan.
Las bajas laborales de los médicos agredidos, el cambio de lugar de trabajo por miedo, la angustia del facultativo agredido, sus consecuencias son la parte oculta, silenciosa, pero de un sufrimiento terrible en la vida de este profesional.
No basta con la denuncia por parte del médico agredido contra su agresor, ni los juicios ganados, ni las penas impuestas a este maltratador, no basta, aunque sí ayudan, como ayuda de forma importante considerar al médico cuando ejerce su función, un grado de autoridad pública.
El poner en conocimiento de la ciudadanía y generar opinión pública sobre el problema en un día determinado como hoy 18 de marzo, quiere ser una llamada de atención y solicitud de ayuda ante estas deleznables acciones.
Pero la consideración y entrada en la agenda política de este agravio, que sufren los sanitarios cuando están ejerciendo su actividad profesional y el considerar que en el desempeño de sus funciones un médico tiene el cargo de autoridad es una necesidad que protegerá sin duda la integridad de los facultativos. Tenemos que seguir trabajando para conseguir que este reconocimiento de autoridad alcance tanto a los médicos que trabajan en la sanidad pública como los que lo hacen en la privada.
La Organización Médica Colegial recuerda en este día a tantos profesionales que día a día son víctimas de este atropello y por ello, este 18 de marzo, en sus centros de trabajo, y en sus consultas particulares mostraran un lazo dorado de solidaridad.
Por todo ello, pedimos:
- Que se apliquen todas las medidas necesarias para evitar que se produzcan estas situaciones. //STOPagresiones.
- Que se refuercen las medidas preventivas y de protección a los profesionales.
- Que las agresiones sean consideradas como delito contra la autoridad, tanto si los médicos trabajan en el Sistema público como si lo hacen en el privado.
- Que las Administraciones sanitarias y las universidades se comprometan en la formación de los sanitarios para estar preparados antes este tipo de situaciones. El curso de la FFOMC Prevención y Abordaje de las Agresiones a Médicos es un ejemplo a seguir.
- Que el Registro Nacional de Agresiones a Sanitarios cuente con unos adecuados sistemas de registro y mapa de riesgos para conocer con precisión el alcance del problema.
- Que las Administraciones sanitarias sumen a las campañas de violencia de género, campañas para concienciar a la sociedad de “tolerancia cero contra las agresiones a sanitarios” y de que los servicios sanitarios son un bien público que hay que cuidar y utilizar de forma responsable.