Presentación del libro “L’hospital, la dona i el capellà. Sant Andreu de Mallorca (1230-1445)” | Comib, 30 de marzo a las 19:00 horas.

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Presentación del libro de Carmel Ferragud

“L’hospital, la dona i el capellà. Sant Andreu de Mallorca (1230-1445)”.

Introducirá al autor el médico e historiador de la medicina Antoni Contreras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Miércoles 30 de marzo a las 19:00 horas.

Col·legi Oficial de Metges, passeig Mallorca 42 (Palma).

Aforo limitado.


UN HOSPITAL MEDIEVAL EN CIUTAT DE MALLORCA

L’hospital, la dona i el capellà: Sant Andreu de Mallorca (1230-1445), Catarroja – Barcelona – Palma, Afers – Lleonard Muntaner (recerca i pensament, 106), 2022, 269 pp. ISBN: 978-84-18618-20-8.

 

INCÓGNITAS DEL HOSPITAL

Al leer el título seguro que se le han planteado tres enigmas sobre los personajes que dan título de la obra que presentaremos. La lectura le permitirá desentrañarlos, pero también le satisfará varios más. Seguidamente les adelantaré algunos de ellos. El primero es el protagonista principal de la obra. Se trata del Hospital de Sant Andreu o de Santa Eulalia, la más antigua de las diversas instituciones que llevaron el nombre de hospital en el que empezaba a ser el Regne de Mallorques. Los otros dos son Sibila y el presbítero Bernat de Montpahó. Estos dos personajes formaron parte de la historia del centro y pleitearon entre sí para adjudicarse el regiment -la dirección y gestión, en palabras de ahora- de esta antigua institución. Las declaraciones juradas de los testigos que fueron convocados a la Curia de la Gobernación a instancias del obispo de Mallorca, para sentenciar el pleito, han dado ocasión al autor para profundizar en su trayectoria institucional. El resultado permite mostrar cómo era el funcionamiento de lo que fueron los establecimientos medievales que llevaban el nombre de hospitales.

Con este nombre se conocían unos lugares de acogida con los que se había dotado la sociedad de la época para albergar a todas aquellas personas desprovistas, por la razón que fuera, de lo necesario para sobrevivir. Entre las causas que podían llevar a una persona a ser internada en esos establecimientos, tenían un papel principal la enfermedad y la incapacidad física o psíquica, sufrida de forma puntual o definitiva. Lo cual no quiere decir que fuesen ni la única ni la principal razón, ni siquiera la más frecuente, para ser admitidos. Su funcionamiento fue diferente del que con el tiempo llegarían a tener sus actuales herederos. No obstante, fue donde se establecieron las bases asistenciales y diversos objetivos específicos que supo transmitir a los centros que hoy conservan su modelo y nombre.

Ahora todo el mundo sabe lo que es un hospital, lo que se hace en él y quién lo hace. Más difícil respuesta sería contestar desde cuándo se hace y cómo empezó a hacerse. Respuestas cumplidas y documentadas a estas cuestiones podrá encontrarlas en las páginas del libro propuesto. Para poder proporcionarlas, el autor ha recurrido a las fuentes documentales originales conservadas en los archivos, que presenta debidamente ordenadas y organizadas. Su exposición comienza buscando situar el hospital en la red de organismos que fueron apareciendo en nuestra isla entre la Conquista de 1229 y la fundación del Hospital General en 1456. A continuación revisa la fundamental cuestión de los caudales con que se contaba para llevar a cabo la labor asistencial, continuando con los recursos humanos que se ocupaban de realizar materialmente esta práctica. En este apartado destaca el proceso de incorporación de los médicos a los hospitales y las primeras menciones a las tareas de lo que con el tiempo será la profesión de enfermería. El capítulo final está dedicado a las personas que se asistía. Entre éstas, como se demuestra, no había tan sólo enfermos. Los internados iban desde quienes padecían alguna enfermedad, física o psíquica, pasando por recién nacidos que por abandono o muerte de los padres precisaban nodriza y ayuda, hasta niños, esclavos o simples viejos abandonados y sin recursos económicos.

Ésta es la disposición de los capítulos del texto, pero las aportaciones del autor van mucho más allá. Especialmente en lo que se refiere al capítulo de la incorporación de los médicos a la asistencia de los enfermos internados, donde se describen las relaciones familiares y profesionales que mantenían. En este mismo sentido debemos señalar la parte que aborda la salubridad pública del espacio urbano o el decisivo papel profesional que tenían los médicos, cirujanos y barberos. De estos últimos se describen numerosas actuaciones en cuestiones ahora sorprendentes y entonces de tan destacada trascendencia, como sus intervenciones para determinar la salud de los esclavos en casos de su venta y adquisición. Otras corresponden con las que han perdurado hasta la fecha, como tareas asistenciales a la salud de colectivos específicos, como  los tripulantes enrolados en naves o a los que prestaban servicio en los ejércitos.

Su lectura constituye una verdadera y muy cuidada aproximación al mundo medieval y en particular a un elemento emblemático y altamente representativo de la ya muy bien articulada trama sanitaria de esos días. Seguro que les proporcionará una acertada perspectiva de lo que pudo ser la realidad cotidiana y general de la salud de los habitantes de lo que era una ciudad medieval mediterránea y occidental. Concretamente de la que fue conocida como Ciutat de Mallorques.

Antoni Contreras Mas

Carmel Ferragud es profesor titular de la Universitat de València e investigador del Institut Interuniversitari López Piñero. Forma parte del equipo de investigación Sciència.cat (Universitat de Barcelona). Ha escrito numerosos artículos y libros sobre la historia de la medicina y de la ciencia medieval de la Corona d’Aragó.