Dr. Jaume Julià: “Todos los sanitarios deberían pasar por un proyecto de Cooperación Internacional”

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Este viernes se celebra el Día del Cooperante, una efeméride que busca homenajear a todos aquellos hombres y mujeres que deciden ir a trabajar por los menos favorecidos en el mundo. El Comib se quiere sumar a esta iniciativa y a través de varias entrevistas tratará de poner en valor la labor que desempeñan estos profesionales.

El Dr. Jaume Julià, miembro de la Fundació SOM (Sanitaris Oberts al Mon), explica el proyecto que llevan a cabo en Gambia, concretamente en  Sangyang, donde una expedición de 20 personas presta asistencia sanitaria en cirugías de tumoraciones cutáneas, cirugías reconstructivas  o quemaduras. Además, hay tres consultas de Pediatría, consultas de curas de heridas, úlceras, pies diabéticos y amputaciones y “este año vamos a potenciar mucho un programa de formación en la Escuela Universitaria de Enfermería, porque no es tan sólo la huella que dejamos allí durante ocho días, sino la continuidad de esta iniciativa. Actualmente, gracias a WhatsApp hacemos consultas de seguimiento todo el año”.

La Fundación SOM , que tiene al Grupo Juaneda como principal patrocinador en este proyecto, cuenta con el apoyo de una persona que vive en el país, que dos meses antes de la llegada de la expedición realiza una selección de pacientes por todos los pueblos de la comarca y de la capital. De este modo, el grupo se divide en dos, y a las seis horas de llegar están preparando las salas y el quirófano, mientras que otros comienzan a atender una cola de aproximadamente 50 pacientes.

Entre la multitud de anécdotas que ha vivido, el Dr. Julià recuerda a un hombre que tenía unos 65 años, que es “como tener 90 aquí o más. Era un profesor de una escuela que tenía una tumoración de 2,5 kilos en la espalda, le operamos y se lo quitamos. El paciente decía que por primera vez 30 años no iba a tener que explicar a los niños qué era lo que tenía y se mostró profundamente emocionado y agradecido de todo corazón”.

El Dr. Julià, que cuenta con una experiencia en cooperación de 16 años, puso en marcha hace tres su propia fundación, porque después de haber trabajado con muchas organizaciones, entendió que de esta forma podría gestionar mejor el proyecto y asegura que “es una experiencia que en el mundo sanitaria debería ser obligatoria, porque te ayuda a saber priorizar tanto a nivel profesional, como personal”. Detalla que “en realidad es un proyecto de egoísmo, porque la gente vuelve de allí con mucho más de lo que ha dado”.